En la escuela en la que acostumbraba ir, acostumbraba por que era simplemente una costumbre ir, bueno, antes, hace como unos cinco o seis años todavía existían los “Porros” y pues según en el argot estudiantil vocacional existían (¿o existen?) Dos tipos de porros: los Fepos, y los Odepos. ¿Cuál era la diferencia? Quien sabe, el chiste es que ahí estaban. En mi vocacional eran los Odepos, según esto estaban organizados en varias divisiones, una de ellas era la División de Acción Femenil, que me trae buenos recuerdos, otra división era la de Acción Cultural, de la cual también tengo buenos recuerdos, otras mas que no recuerdo, de hecho muchas de esas divisiones eran sacadas de la manga. Y pues la novedad era de que, pues, uno viniendo de una escuela pública, que como en todas las secundarias, te vigilaban hasta en él más mínimo detalle, aunque claro siempre, y subrayo siempre, te las ingeniabas para hacer tu santa voluntad. En fin, el chiste es que viniendo de una escuela donde los limites son muy marcados (Si, claro) y ves la forma nueva, a tus ojos, de trabajo pues te sientes con total libertad, y claro, tu eres un escuincle cagenge de 15 años y pues todo lo ves maravilloso, te sientes superior, y que nada te pueden hacer, eres un indestructible, el intocable de todas las comarcas.
Como sientes que te comes el mundo de dos bocados, pues, la imagen que te representa rebeldía te impacta, te impone, té cautiva. Si, esos eran mis tiempos de una rebeldía nueva, tenía mi muy alimentado grupo de amigos, que iban desde los más inocuos sujetos, hasta las mas cotizadas chamaconas del salón, era un tiempo en el que era el líder de aquel circulo de amigos, aunque mi circulo sé subdividía en varios grupos mas pero por lo menos en el salón éramos uno solo.
En lo particular vivía una época de transición, de una rebeldía más rebuscada y encausada, y de un crecimiento acelerado en todos los sentidos, las armas que obtuve en la secundaría me bastaban por de más para sobrevivir en este nuevo mundo vocacionalense. Pero dentro de este gigantesco mundo había una congregación, una estirpe sin linaje ni nobleza; los ya antes mencionados Porros.
Mi vocacional era Odepa, teníamos (me incluyo por el honor y orgullo politécnico) barata y descontón con los del CETIS 4, que de hecho su plantel esta a cinco minutos del nuestro, con los Bachiburros, los maricas del CCH, los pendejos fracasados del Nopalep, los malditos gipis jotos de la UNAM e irónicamente con las vocacionales que fueran Fepas. Ya que, como en las estirpes de los vástagos cainitas, no importaba a quien pertenecieras, no había amigos, simplemente la lucha de poder justificaba los medios y era el único motivo aparente por lo que medio justificaban su existencia aunque alegaban que estaban para defender los derechos de los alumnos, aunque nosotros estábamos por de más de sobra.
Su labor consistía simplemente en andar de alborotadores, en un principio era, bueno, siempre fue divertido para los alumnos que nos fueran a sacar de clases, interrumpiendo las mismas. El silencio reinaba en cualquier salón, menos en el mío por que su servidor siempre estaba echando desmadre, y a lo lejos se escuchaba un silbido producido por alguno de los ya antes mencionados, y no se hacían esperar las respuestas con el mismo peculiar chiflido, entonces los que pertenecían a ellos salían voluntariamente, los que nos quedábamos esperábamos a que algún ‘compañero’ entrara por nosotros, así que ‘ordenadamente’ nos salíamos a escuchar lo que nos tuvieran que decir. Y así, repito, nos congregábamos al pie del hasta bandera en el principal de tres patios.
El problema en aquel entonces fue que no se nos “quería” autorizar la tercera ronda de exámenes a titulo de suficiencia (ETS) ya que pues por ley se nos autorizaba acreditar las materias en tres departamentales para conseguir un promedio mínimo de 30 pts, si no los conseguías tenías derecho, con un mínimo de 80 % de asistencia, a presentar tus adeudos en Extraordinario, ya si eras muy pendejo (como la mayoría de nosotros) te mandaban a ETS, que pues no es una vergüenza, al contrario, te convertías en alguien admirado –Heee, voy a presentar nueve en ETS...- te reías, y hasta te enorgullecías. Y pues ya llegar a ETS era tocar fondo, pero, si no pasabas en ETS, te ibas a la segunda ronda, y si no pasabas pues ya te chingabas. Y es ahí en donde entraban los “amigos de todos los estudiantes”.
Ese día estábamos reunidos en donde costumbre y escuchábamos enzonsados un discurso escueto pero conmovedor: “¡Compañeros, estos hijos de la chingada, no nos quieren dar la tercera, su burguesía imperial les cierra los ojos a nuestras necesidades estudiantiles, pero no compañeros, no nos vamos a dejar, si a lucha nos provocan dispuestos estamos a luchar, por eso compañeros nos iremos todos juntos, hacía el alma mater de este noble, pero corrompido Instituto para exigir lo que por ley nos merecemos, así que juntos marchemos, tomemos nuestras armas, los libros, nuestra voz, aplastemos la demagogia con nuestros poderes, vamos compañeros y que estos burgueses malditos no nos echen para abajo nuestros ideales! ¡Hasta la Victoria Siempre… Patria o Muerte! Bueno, la verdad no me acuerdo de lo que dijo el puñal ese, pero pues algo más o menos así iba.
Después de tan elocuente, emocionante e inspirador discurso (aja) nos salimos todos en grupos, mas de trescientos borregos caminando por Av. De las Granjas, hacía la calzada Azcapotzalco-La Villa. Paramos camiones, un compañero se ponía en medio de la avenida con los brazos abiertos para obligar a que el camión se detuviera y otros dos gueyes se trepaban al camión para desalojar “de la manera mas atenta” a los pasajeros. Y pues ya todos hechos bolas nos trepamos a los camiones de una forma no muy organizada, los gueyes que ya eran más experimentados pues te iban “guiando” para irte ubicando a lo largo y ancho del camión. La mayoría de los compañeros de mi salón se encontraban ahí conmigo, ya después fui viendo que también había culeros de otros grupos que se me hacían conocidos. De los que se encontraban conmigo estaban: El Pavo, El Juan Topo, El Juanga, El Amador (por que amaba a todos), El Scrich (así le decíamos por emula al de Salvados por la Campana), el Racher (luego hablaré de el) y unos cuantos mas que no recuerdo quienes eran.
Efusivamente aprendíamos y cantábamos las “porras”:
“¡Ya llegó la ‘ocho’!, ¡Ya llegó la ocho! es la Voca del desmadre, es la Voca del desmadre, y a quien no le guste, que chinge a su madre”
“Afuera de la Voca Ocho, ¡Eo!, La mamá de _____ (quien mas odies) se esta encuerando, ¡Eo!, y un burro blanco la esta mirando, ¡Eo!, y todos le están gritando: ¡Duro, duro, duro con su culo, duro, duro, duro con su culo!
“Este era un muñeco de alambre de alambre, y el que no se eche un huelum que chinge a su madre… 1, 2, 3” Y sacando desde lo mas profundo de tu ronco pecho cantabas con todas fuerzas la porra que se había convertido en un himno… un Huelum.
“Campanita, campanita, ¿Dónde estas? ¿Dónde estas?, ¡Chingen a su madre, Chingen a su madre los de allá, los de allá!
Y el famoso, único, e irrepetible Huelum
“¡Huelum, Huelum, Gloria, a la Cachi Cachiporra, a la Cachi Cachiporra, Pin Pon Porra, Pin Pon Porra, La Ocho La Ocho, Gloriaaaaa!
Y así, amontonados, unos sentados sobre los respaldos de los sillones del camión, otros parados sobre estos mismos o sobre los pasillos, otros con las extremidades afuera de las ventanas, otros en el toldo, y otros muchos más de moscas en las puertas del mismo, viajábamos por las calles y callejones de la transición entre Azcapotzalco y la Gustavo A. Madero.
Agarramos Av. Azcapotzalco-La Villa, salimos por Magdalena de la Salinas, y de ahí quien sabe que vueltas dimos y salimos por atrás de Zacatenco, por las oficinas generales del Instituto Politécnico Nacional, en el camino hacía Zacatenco iba viendo las avenidas y las calles a las que tan acostumbrado estaba, ya que de niño seguidamente iba mucho por esos rumbos y pues iba recordando ciertos caminos y un grado de nostalgia me invadió, regresé a esos días luminosos, y místicamente el camino volvió a ser como hace mas o menos unos diez años, de repente un golpe de un codo que encontraba reposo en mi cabeza me regresó al viejo camión de transporte público que nos servía de móvil para nuestros muy “justos” propósitos.
Llegamos a la Dirección General, éramos un chingerisimo de camiones, todos llenos de “Porros” y quien sabe como nos colamos a las instalaciones corriendo, saltando arbustos, derribando puertas, rompiendo ventanas, hasta donde se encontraba el edificio principal, ahí, seguíamos echando porras, consignas en contra de los directivos del IPN y muchas otras cosas. Los ánimos comenzaban a subirse de tono, exigíamos sus cabezas en charolas para exhibirlas en público, exigíamos sangre y no nos íbamos a conformar con menos.
Pasaban las horas, un contingente de estudiantes “buenos” nos impedían el paso al lobby del edificio principal, nos aventábamos piedras, cuadernos, palos. En eso, a un compañero mío se le acabó el “parque” y grita: “Ya no hay para chingarles” entonces agarro y le grito: “Pues aviéntales mentadas, que también duelen” y en eso por andar de hocicón recibo semejante pedrada a un costado de la cien que inmediatamente comenzó a sangrar, adolorido y desangrándome me dirijo hacia un árbol donde me senté un momento para descansar, con un pedazo de hoja de mi cuaderno me medio limpie la herida, los bordes de la hoja doblada se enterraban aun mas en la herida provocando que sangrara más, ardía hasta su chingada madre, una compañera se me acercó y de su bolso sacó creo que unos clinex y con agua de una botella que salió de no se donde, me limpio la herida que no dejaba de sangrar, y con un pedazo de mi playera que corte con los dientes me hice un vendaje con la cual traté de detener la hemorragia.
Por la adrenalina que corría por mis venas me levante echo una bala, y por el coraje que sentía agarre la primer piedra que se me atravesó en el camino y la arroje con todas mis fuerzas contra lo primero que se me pusiera enfrente, la piedra encontró lugar de impacto en un cristal de la pared principal del edificio, al edificio se le conocía también como Torre de Cristal, así que ya se imaginara la inmensidad del daño que había causado. Los vidrios empezaron a caer en muchos pedazos y varios cristales hirieron a los “buenos”, ese momento se congeló en un instante rápido en donde todos nos quedamos a la expectativa de lo que estaba pasando, volteaban a ver quien había sido el responsable, yo disimulaba mirando a mi alrededor. Es por fin cuando sale el Director General del Poli y se nos queda viendo con su mirada entre desconcierto e indignación, justo cuando comenzó a hablar se escucharon a lo lejos las sirenas de las patrullas de la Secretaria de Seguridad Pública, inmediatamente salimos corriendo, dejando a nuestro impetuoso paso a los heridos, descalabrados, fracturados y demás lastre que se encontraba en nuestro camino, compañeros y los “buenos”.
Esquivando a los tiras nos trepamos nuevamente a los camiones. Alcance a ver como unos maricones policías apañaban a un guey de la ropa y le daban semejante macanazo en las piernas que se doblaba por completo sobre el suelo, y a una chava la apañaron del cabello que siento que le alcanzaron a arrancar un pedazo de cuero cabelludo. Los camiones arrancaron contra las órdenes de los polis de no hacerlo.
Arrancamos nuevamente. Los compañeros más experimentados le daban órdenes al chofer para que siguiera cierta dirección. Yo iba echando un completo desmadre, sin olvidarme ningún momento de la herida de mi cabeza, minutos mas tarde volví a ver a la chava que me ayudo, y como en mi ser no existe la ingratitud, le agradecí infinitamente.
Platicaba con los compañeros de mi salón así como de otros también, descubrí que no era el único herido, uno traía una cortada en el brazo de alrededor de 15 cm. y se empeñaba en decir que tomaría venganza contra quien descubriera que había roto el vidrio, claro que apoye su misiva, tratando de ocultar el hecho que se reflejaba en mi cara. Otro mas llevaba consigo un pedazo de dedo colgando de su mano izquierda, y se enorgullecía de venir en esa situación, no dejó que nadie le prestara ayuda, tiempo después me entere que perdió el dedo ya que se le infectó.
Íbamos por Av. Politécnico agarramos el entronque con Cien Metros, y de ahí hasta La Raza, de la Raza agarramos el Circuito Interior. Pasamos por Tlatilco, que es una colonia cercana a la mía, y como que quería que todo el mundo se enterara que andábamos por mis terruños, luego nos encontramos con la Av. San Cosme, también con las colonias, Santa Maria la Ribera, y San Rafael, pasamos por la Santa Julia, hasta llegar a Gaterías, nos seguimos hasta la salida de Chapultepec, los camiones se iban desviando haciendo una sola fila delante de lo que es un panteón, o entrada a uno.
Nos bajaron y nos amontonamos en un solo grupo, mas de trescientos porros, el Jarocho liderando el movimiento, no sabíamos con exactitud por que razón estábamos ahí, el chiste es que si de soltarse a los madrazos se trataba, estábamos mas que dispuestos. Llegaron rumores que nos íbamos a pique con los de la Voca 5 de la Ciudadela.
Pasaba el tiempo y no se veía ningún tipo de movimiento, nos comenzábamos a desesperar, el aburrimiento se hacia cada vez mas grande, no se nos permitía sentarnos, ni moverse en ninguna dirección, pasadas no se cuantas horas, el Jarocho nos congregó alrededor suyo y comenzó con otro discurso que no alcance a escuchar. El Racher, el Juanga, el Sscrit, el Amador, el Juan Topo, y el Pavo platicaban entre ellos, mientras yo con la expectativa trataba de escuchar lo que el maricón ese estaba discursando. Todos le dimos la espalda al Circuito Interior por donde habíamos llegado, y no nos percatamos que a espaldas nuestras estaba la entrada del Metro Chapultepec. El Jarocho hablaba y hablaba, y yo nada que escuchaba. Fue cuando se escucho un grito de ataque y nos comenzaron a llover cientos de objetos que iban desde cuadernos y cosas por el estilo, hasta botellas de vidrio y demás objetos. Nos habían agarrado en el más peligroso descuido. No teníamos con que defendernos, nos escudábamos detrás de los camiones, se veía desde lejos ver salir a centenares de porros fepos de la estación del Metro. Como podíamos avanzábamos repeliendo su ataque con lo que ellos mismos nos arrojaban, un odepo agarro una bolsa de plástico y la lleno de vidrios y piedras, la anudó, y la arrojó contra ellos, siendo este un golpe certero en contra de un fepo de la 5, que se ve que se llevó semejante golpe, que calló en seco al suelo.
Los golpes a puño limpio no se hicieron esperar, nadie sabía a quien pertenecías, tu soltabas puñetazos contra todo lo que se moviera, ya fuera hombre o mujer, aquí no se debía tentar el corazón contra nada, lo mas salvaje, brutal, hombres destruyendo hombres. Después de noquear a varios tipos de la cinco, me di cuenta que eran de ella por que no se me hacían familiares (jaja) un desgraciado de la ocho (a ese si lo había visto antes en el plantel) me dio semejante puñetazo en la herida cubierta con mi vendaje ensangrentado, que me tire al suelo, revolcándome como maldito poseído, los ojos se me nublaron, se me humedecieron con lagrimas, grite con tal fuerza que creo haber reventado varios tímpanos. Me dolí durante un largo rato, bueno, en realidad no se cuanto fue, no tenía noción del tiempo, pero sentí que había sido una eternidad la que estuve en el suelo.
Cuando pude recuperar mis muy debilitadas fuerzas, me arrastré entre patadas y pisotones hasta la banqueta de la acera, ahí entre mentadas de madre y sollozos logré ponerme en pie y buscar al desgraciado que me había dado en la madre. Estaba de lo mas encabronado, fue cuando vi al Racher corriendo por entre todos nosotros, me le acerqué y le dije: “Oye, cabrón, ¿no viste a un guey así y así, con un jersey de la ocho?” Entonces ya fue cuando me dijo donde fue la última vez que lo había visto. En el camino hacia el lugar sin fijarme pise la mano de uno de la cinco, como ustedes ya sabrán no me caracterizo por tener un poco peso, y fue cuando escuche sus deditos débiles quebrase sin ninguna resistencia a mis pies, trate de salir corriendo, pero, tan cansado que estaba que no pude. Impulsado por el morbo volteé hacia el suelo para descubrir que el tarugo este llevaba un bóxer en la mano, y que la acción que hice de pisarle, hizo el efecto de palanca con el bóxer, destrozándole los dedos, uno por uno, los cinco de su mano. Como pude y con un chingo de esfuerzo le quite el bóxer para que no le lastimara y lo pateé en la cara para que no pudiera hacer nada y yo irme con tranquilidad. Seguía mi búsqueda del desgraciado que me había lastimado la cabeza, y ahí lo vi dándole duro y tupido a los madrazos a puño limpio contra otro guey con el jersey de la cinco, fue cuando me le acerque lentamente por la espalda, y con el bóxer ajustándolo a mis dedos le solté un golpe que con toda alevosía y ventaja prepare tomando demasiado impulso y deje caer en su nuca, el cabrón este se desmorono inmediatamente al suelo, convulsionándose y pronto se quedo quieto, muy quieto, no se si estaba muerto, o solamente desmayado, no me quede en el lugar para averiguarlo.
Salí, ahora si, corriendo con todas las energías que me quedaban en busca del Racher, y del Pavo, que eran los más cercanos a mi grupo de amigos. Cuando encontré al Racher le pedí que me ayudara a buscar al Pavo, que no nos detuviéramos, que corriéramos, hasta encontrarlo, debíamos encontrarlo. Fracasamos.
Comencé a sentirme débil, me apoye en el hombro del Racher y le pedí que ya nos largáramos de ahí. Caminando nos dirigíamos hacia unos baños públicos que se encontraban frente a un paradero de microbuses. Ya cuando faltaban unos pocos pasos para llegar a los sanitarios, nos intercepta uno de nuestro plantel y nos pregunta que hacia donde nos dirigíamos, yo rápidamente conteste que me iba a limpiar de la sangre que llevaba en todos lados, el guey este se me quedó mirando a los ojos, no dijo nada, y se apartó.
Al llegar a los baños la señora encargada no nos dejaba entrar quesque por que le íbamos a ensuciar sus baños; pinches baños asquerosos, llenos de orines por todos lados y se ponía de roñosa que le iba a llenar su baño de sangre. La convencimos, y después de pagarle una cantidad muy superior a lo establecido, y de que nos dijo una serie de groserías nos dejó entrar. Me lave la cara, las manos, los brazos, me quite la playera rota y me deje una sudadera que llevaba en la mochila, y deje que la herida se oreara un ratito en lo que me terminaba de lavar la cara llena de sangre. Realmente la herida de mi cabeza no fue de gravedad, solo fue superficial, pero fue muy escandalosa, al verme en el espejo del baño palidecí, pero aun así tuve el valor de sonreír y sentirme orgulloso. Que pendejo era en ese entonces.
Salimos del baño, y nos echamos a correr hacía la entrada del Metro, misteriosamente el Racher no llevaba ni una gota de sangre sobre si, o sobre su ropa.
Entrados en la estación, y una vez pasada el área de los torniquetes, nos despedimos, cada quien por su lado tomamos la dirección Pantitlan, en Pino Suárez me bajé para transbordar de la Línea 1 (la rosa) a la Línea 2 (la azul), transborde dirección Cuatro Caminos, y me bajé en la Normal. Tomé el microbús que va a Ferrería y me bajé en mi calle, en mi amada calle de Piña, en mi amada colonia la Nueva Santa Maria. No comenté nada, solo dije que me había lastimado en el laboratorio de química al estar trabajando con unas reacciones y que estalló el tubo de ensaye y que un vidrio me pegó en la cabeza. Lo bueno que mi mamá me creyó, aun sabiendo que ese día no me tocaba laboratorio de química.
En las noticias dieron la nota de ese día, no se cuantos heridos, pasaron imágenes de cuando estuvimos en Zacatenco, y de cuando estuvimos en Chapultepec, dijeron que habían sido dos movimientos diferentes, cuando en realidad era uno solo. Los mismos tarugos.
En la escuela no se habló mucho de eso, pero se oían rumores de que había presos políticos, todos aquellos compañeros que no habían tenido la fortuna, como yo, de escapar. Era secreto a voces que se planeaba irlos a sacar. Todo un misterio que conforme avanzaban los días se hacía cada vez más y más fuerte. Los pasillos retumbaban los ecos de aquellas voces, compañeros pidiendo libertad; una lucha que no encontraría fin tan fácilmente, una causa por la cual luchar, un motivo por el cual volverse a levantar.
Así, que pocamente planeado, y a casi una semana de los hechos antes descritos, se volvió a escuchar al pie del hasta bandera el peculiar silbido, todos sabíamos que hacer. Ya no éramos nuevos. Ya teníamos armas, experiencia, teníamos valor, teníamos coraje, pero ahora el motivo era personal. Venganza.
En esa ocasión salimos de la escuela, todos en bola, como siempre, ahora éramos mas, de mi grupo iba el Chayo, la Violeta, el Racher, La Nayeli, el Ángel, el Vaca, la Liliana, la Yuri, la Matada, y yo. Ellos iban con el motivo de divertirse, era su primera vez, yo ya tenía la experiencia, a pocos les conté lo que me había sucedido, pero todos lo sabían por que alguien se encargo de contárselos, y todos ellos iban con la emoción de conocer algo nuevo, yo iba con mis propósitos de venganza, pero ellos no. No sentía su apoyo, ellos jugaban, no los juzgo, yo hice lo mismo mi primera vez.
Caminamos nuevamente por Av. de las Granjas, pensé que nuevamente tomaríamos por asalto los camiones, y me preparaba para ser ahora yo quien los detuviera. Cuando regrese de mi mal viaje me di cuenta que nos dirigíamos a la estación del Metro Ferrería, en la esquina de Av. de las Granjas y de Azcapotzalco-La Villa, nos detuvimos, no sabíamos que ocurría, de repente vi que varios compañeros de los mas experimentados nos hacían correr hacia dentro del Metro, y así entramos corriendo a la estación del Metro, brincando los torniquetes, destruyendo el puesto de revistas, mis acompañantes de esa ocasión se les hacia divertido, y debo de confesar que a mi también, aunque en el fondo buscaba también satisfacer mis necesidades de ver correr nuevamente sangre, no importase de quien fuera. Nos ubicamos en el andén de abordaje, y cantábamos las porras, echábamos consignas a todos.
El tren llegó, y desalojamos a los pasajeros de la mayoría de los trenes, los que no se quisieron salir se nos quedaban viendo con mirada entre la repulsión, el miedo, y el odio.
El chiste era llegar a Instituto del Petróleo, transbordar a la Línea 5 (la amarilla) y tomar dirección Pantitlan para bajarse en quien sabe que estación y llegar caminando a los separos del Reclusorio y exigir la liberación de los presos políticos.
Yo, sumergido en mis pensamientos, empecé a regenerar las imágenes de hace no menos de una semana, vi el dolor en la cara de mis compañeros, vi sangre derramarse innecesariamente, y golpes, piedras estrellándose en la cabeza de cualquier descuidado logrando abrir el cuero y dejando escapar inmediatamente la sangre a grandes torrentes, vi mi sangre escurrir por mis ojos, entrar por mis oídos, el olor a sangre coagulada, sangre seca, el dolor de ver a mis compañeros, fepos u odepos, destruirse los unos contra los otros, vi la mano de un desgraciado imbécil destruirse a mis pasos, vi la cabeza del porro ese al que tuve a bien a descalabrar con el bóxer, vi el ventanal que rompí de una pedrada y que esos cristales lastimaran a otros compañeros, que al igual que nosotros, los acarreados, no querían estar ahí, solo que el destino los coloco en ese lugar. Vi eso, oí gritos, sentí el dolor, sentí el placer de golpear, de herir a otro ser humano. El dolor y la humillación de ser golpeado. Vi eso, oí eso, sentí eso.
Entre en una meditación profunda, “Y lo bueno que somos estudiantes”, si claro, ‘estudiantes’, mas bien éramos delincuentes. Eso éramos, unos delincuentes. Que estudiantes ni que la chingada. Delincuentes.
Regresé al mundo real, y vi a mis amigos ajenos a mis pensamientos, me di lastima. No quise que ellos pasaran por lo mismo. Entonces al llegar a la estación Instituto del Petróleo les dije que se quedaran sentados, que no hicieran ningún movimiento, y que pusieran las mochilas debajo de los asientos del tren.
Un amigo del que tuve a bien a descalabrar, se acercó a nosotros, se nos quedo viendo, en especial a mí, todos estábamos serios. Y pregunta:
¿Y ustedes que?- Pregunta toscamente
¿Qué de que?- contesto fríamente.
¿De donde son?
De la nueve
¿A dónde van? – Interroga con demasiada interesa
A hacer un trabajo a Zacatenco, ¿Te enseño la credencial de la nueve? – pregunto con firmeza y mirándolo a los ojos.
No, pero no se muevan.
Y fue ahí donde se bajó y nos dejó en paz. Yo sudando en frío, no se que hubiera hecho si me hubiera pedido la credencial de una Voca en la cual nunca me he parado. En fin, resulto y nos alegramos de no estar con ellos.
Nos hicimos los disimulados como otras dos estaciones más. Fue cuando la Violeta dijo que si nos íbamos a un parque a echar relajo, como siempre debió ser. Todos apoyamos la idea. Solo que el Vaca, sugirió mejor que nos lanzáramos a un billar, que el conocía uno a unas cuantas cuadras del Rastro de Ferrería.
Así que nos bajamos del Metro, tomamos un Bus, y nos bajamos antes de llegar al Rosario, y de ahí caminamos por donde nos iba guiando el Vaca.
Llegamos al billar, pedimos dos mesas, el Racher, el Chayo, el Ángel y el Vaca en una mesa, la Violeta, la Liliana, la Nayeli, y un servidor en la otra mesa, y la Yuri y la Matada se quedaron sentadas en las bancas viendo como jugábamos.
Cuando ya estábamos entrando en calor me dedique a jugar en las dos mesas, un turno en una, y otro turno en la otra, aunque claro, perdí en las dos. La tarde murió para nosotros en el billar, a mi se me había olvidado por completo el asunto de los porros, el Racher que yo sepa no comento nada, y mis demás amigos nunca supieron a que se enfrentarían, esa tarde fue una de las tantas tardes inolvidables que pase en su compañía, el día acabo entre risas y buenas vibras.
No se si halla sido bueno el hecho de haber ido la primera vez, y mucho menos no se si halla sido bueno el hecho de haberme ido a pelear por una causa que al principio creía justa, y que después al final de cuentas se nos autorizo la tercera ronda y que el derramamiento de sangre había sido en vano. Eso nunca sabré si fue bueno o no, fue una experiencia mas, lo se, aprendí muchas cosas de eso. Tampoco se si fue bueno, que la segunda vez quisiera tomar venganza por algo que estaba mas allá de mis posibilidades. Lo que realmente valió la pena fue el hecho de que evite que mis seres queridos, mis verdaderos compañeros, que mis amigos cayeran en eso, que fueran a enfrentarse a algo que realmente no valía la pena. Eso fue lo que realmente importó, que yo, lo haya tenido que vivir para poder compartirlo con ellos en forma de experiencia, para que ellos no cayeran en lo mismo, yo se que el Pavo y el Racher lo vivieron, por que el destino nos puso a los tres ahí, los demás eran compañeros del salón, pero el Racher y el Pavo, ellos eran mis amigos, y si el destino los puso ahí fue por que los creyó lo suficientemente preparados para vivir algo así. Mis demás amigos y amigas, pues, a lo mejor no estaban preparados para eso, y por eso nos puso a final de cuentas en un billar, donde dejamos escapar un poco de nuestra todavía inocencia y que al final de eso, nos fuéramos a descansar al parqué del Tezozomoc. Eso fue lo que valió la pena. Aunque acá entre nos, y que quede como secreto; La verdad que orgullo el poder haberme echado a varios de la cinco, a uno de la ocho, y un cristal del edificio principal, pero shh, que es secreto.
Saludos
TacvbaMeme
11 comentarios:
Tengo una nocion demasiado diferente, luchar por causas justas, por hechos que sabes que realmente merecen la pena, no con esto desmérito el hecho de lo que hayas vivido, sin embargo no apoyo la crueldad de los hechos que ocasionaron este tipo de vandalismo, este fascismo que dia a dia se incrementa en todo el mundo. Aplaudo enormemente que al final te hayas dado cuenta que proteger a tus compañeros era realmente lo que importaba, y el encausarte en la justa-razon aceptando que no debes actuar por borreguismo. Yo vivi el movimiento que se realizo para la no privatizacion de la UNAM "de mi maxima casa de estudios", yo acepto con orgullo que nosotros nunca actuamos con violencia y lo que empezó a desmeritar el movimiento fue la gente pagada por el gobierno para lastimarnos y agredirnos, fomentamos en el lapso del cierre de las facultades y de las prepas a la enseñanza de materias, asi como talleres para los alumnos que permanencian viviendo dentro de las intalaciones, sufrimos el acoso de la gente asi como de los medios masivos de ¿comunicacion?, que al final de cuenta siempre daban informacion erronea y provoca a la convenencia de unos cuantos, eso es luchar por algo que deja huella, una lucha por la Educación, por cultivar el alma, el espiritu y la mente, aquellos conocimientos que hacen que nuestra amada UNAM sea y logre excelentes profesionales, orgullosamente llevando el sello de un gran ser humano con valores, con cultura, con educación y con su justa-razon ontologica del ser por el hecho de ser y existir, creer, crecer, aprender, cultivar, educar-. -Pormi raza hablara mi espiritu- *
Creo que estamos conectados en diferentes canales, yo nunca dije que fuera una causa justa... "y con eso medio justificaban su existencia..." "...muchas de esas divisiones, eran sacadas de la manga..." Ademas los motivos son muy diferentes entre si.. yo nunca dije que fueran estudiantes los que ocasianoron esto... dije que fueron los porros, a lo mejor su movimiento de gipis mugrosos si fue llevado a cabo por estudiantes, aca no, aca los "movimientos" eran tan segidos que no puedes llevar un registro completo de todos a los que has asistido, ahora, bien, si no mal recuerdo, en la UNAM tambien hay porros, o habia, quien sabe?, pero el chiste estan ahi, cada dos de octubre, cada partido de los pumas, cada vez que se manifiesta la Rebel, y bien, en el IPN, tambien se llevan luchas sociales, luchas culturales, por que "Yo soy politecnico por conviccion, no por circunstancia" O que? ¿A caso crees que al ver las imagenes de cada marcha del dos de octubre, acaso crees qeu son estudiantes los que van ahi?, ¿A caso crees, que ir a rompero vidrios, asaltar negocios y ese tipo de cosas lo hacen los estudiantes? Por favor Mony no me salgas con eso ahora, esa gente, tanto de la UNAM como del IPN, no tienen principios, no tienen pizca de cultura, y sip.. ahi tambien ves a los del CCH, a los del Colegio de Bachilleres, los del Nopalep, y demas escuelas publicas, ahi tambien ves en primer lugar a los gipis de la UNAM y a los IPN, ahi tamebien los ves.. A ver... explicame de qeu forma tu actuaste en la huelga de la UNAM?? repartiendo volantitos? Llevando de comer a los amotinados? Estudiando en tu casa? O soñando que algun día el pais va a estar mejor y lo cantabas a los cuatro vientos? así participabas?.. Creo que tu comentario esta fuera de lugar..
Ad hoc, una causa justa, siempre lo es cuando una persona la defiende con su vida... en ese entonces era la oportunidad de seguir dentro del Politecnico, esa era mi causa justa.. y el fin justifico los medios... Para mi, su causa de impedir la privatizacion de la UNAM es una tontería, y para ustedes era su causa... Nadie tiene el poder de decir sobre el otro lo que es una causa justa o no, y mucho menos cuando no se ha tenido la experiencia que el otro ha vivido...
Asi, que cuando yo te vea rompiendote la madre por conseguir algo, por pequeño que sea, cuando te vea romperiendote la madre por defender a tus amigos, cuando escurras sangre y que no sepas si es tuya o de otra persona pero que sigues en pie de lucha, cuando te vea hacer eso ven y platicamos sobre lo que es una causa justa... pero no vengas cuando estas acostumbrada a que te resuelvan la vida....
Saludos
TacvbaMeme
sera acaso q no t das cuenta q lastimaste a gente por una tonteria?
sin embargo lo q yo haya hecho en la huelga deberias d preguntarmelo antes d hacer conjeturas fuera d lugar.
y si soy hippie, asi me conociste no?
y a mi no me resuleven la vida como a ti.....
Gipi mugrosa...
De lo que me doy cuenta es que eres demasiado egoista para comprender la vida de los demás, tu eres de las que aplican el "Si no eres parte de la solución, eres parte del problema" esta mal eso.. pero en fin... cada quien lo suyo.. y pues que quieres qeu te diga.. no te respondo a los demas comentarios por que ese tipo de comentarios los hace una persona que no ha madurado, que no tiene cultura, y lo bueno que tu hablas de ella XD en pocas palabras, son las contestaciones de una persona ardida...
Saludos
Tamo
TacvbaMeme
Ja dices q no tengo cultura, q t sucede??? no en balde tengo un lugar en la Universidad, y si he dejado de leer es por dedicarme a ti, por tenerte bien las cosas, q acaso no t das cuenta q ya hasta parezco ama de casa, o sea, no niego de tus capacidades, q se q estan un poco mas desarrolladas q la d otras personas, sinembargo eso no implica q yo no sea una persona q es capaz d debatir, y siento mucho haber sido asi de realista con mi comentario pero se me hace una tontera irte a pelear a un lugar solamente para exigir q les dejen presentar un extraordinario, o sea, bola de burros q no se dedicaron en el transcurso del semestre a estudiar para evitar irse a ese tipo de examenes??? o sea, hello???
y ya no discutamos, saludos, t veo en la casa :p. y pues tambien t'amo.
adios
Tu vas a mendigar que te dejen hacer un trabajo extra.. que no es lo mismo??? que no tuviste un año para hacerlo???... Pero en fin.. ven a decirme que hago mal las cosas cuando tu las hagas mejor.. y no digas qeu por mi has dejado de hacer las cosas.. por que tu no estas atada a mi en ninguna forma.. eres libre de separate cuando tu lo decidas.. amen y la vdd me da hueva este tema ya.
A ke buen "estudiante" eras pero bueno la verdad ke bien por el ke no vivio estas kosas en la vokacional y ke bien por el ke las vivio (me inkluyo), porke se kedan en experiencias vivdas experiencias ke ahora dices ke tonto, ke mal, ke hacia, pero nada me kita el rekuerdo de haberlo hecho y haber gritado desde lo mas profundo "¡Huélum, Huélum, Gloria A la Cachi Cachi Porra A la Cachi Cachi Porra Pim Pom Porra Pim Pom Porra la Ocho, la Ocho Gloria!
Publicar un comentario