Ahora me dicen en el despacho: “Qui onda manto vamos a comprar unas tortas, que ya hace retiharta hambre” y yo tratando de fingir la risa y en contra de lo que mis tripas rechinadoras dicen alego que ya desayune. O luego va el cuate que vende dulces y avienta la bolsa donde los trae hacía cualquiera de los escritorios que rellenan el despacho y ahí vemos a mi primo o a la Chupe, digo Lupe, con la cabeza metida en la bolsa, emula de avestruces con miedo, una escena no por menos graciosa, y mi triste tripa retorciéndose entre sus jugos gástricos, comiéndose a ella misma. O luego llega la Lupe con sus tacos, tamales, chilaquiles, tortas, gorditas, pasteles, etc que inundan todo el despacho con sus sebosos pero exquisitos aromas, y a uno nada mas se le esta cayendo la baba por un lado mientras se ve desconsolado la triste taza de café que pide un pedacito de tamal. Ah, pero ahora esta el otro lado de la moneda, cuando uno ya no puede con la tentación, y va y le pellizca la torta a Lupe, perdón, uno va y le pellizca a la torta de Lupe, o se aventura a salir del edificio en búsqueda de algo grasoso, uno regresa con su cara de satisfacción como si de un logro se tratase, llegas muy fufurufo hasta el escritorio y abres la mentada bolsita con cierta desesperación, muerdes tu bocadillo, y ves caer las migajas por todo el escritorio, por encima de los requerimientos, o por encima de los balances, o por encima de las nominas, etc, y no te importa, y te sientes superior, te sientes satisfecho, una batalla mas contra el hambre ha sido ganada. ¿Y después que? Oh Si, el bendito remordimiento, la culpa, te sientes a punto de reventar, y te preguntas el por que: “Chales, si namas me comí una guajolota, una torta de milaneza, un huarache con bistec y quesillo, unos bimbuñuelos, un atole, una capirotada de doña Meche, un taco de cecina, un jugo pa desatorar, un panque relleno, medio bolillo, una sincronizada, un sanguich de pavo, un taco de nana, otro de bofe, dos de machito, medio taco de nenepil, un pozole del mercado, un biscuit con mermelada de los chinos, dos tazas de café con moka ajonjolí chocolate y carapiñado, y mi cocacola laigt pa conservar la forma” y claro que conservas la forma, de hecho yo estoy en forma, redondeado es una forma. Si el bendito remordimiento a la hora de terminar tu pequeño entremés en lo que esperas la hora de la comida, y a parte de eso llega el otro remordimiento: “Chales, ya no tengo pa regresarme a mi casa, no me hubiera comido ese medio bolillo” Pero en fin. ¿Que le hacemos?
Me recuerdo ahora una vez que me subía tocar la guitarra a un camión: Después de tres canciones; “Como se darán cuenta no soy el gran músico, ni mucho menos un gran cantante, solo soy un estudiante que aprovecha las vacaciones para salir ajuera a las calles y poderse ganar unas cuantas monedas pus pa poder seguir estudiando, y no crean que hago esto por hambre, verda guena, si la hambre ya la traigo de mi casa y se siente bien gacho, ójala me puedan ayudar con una moneda que no les afecte en su economiiiia, espero que pasen una guena tarde, que lleguen con bien a sus destinos, y pus que dios los bendiga, muchas gracias” Si, en esa época me trepaba a los camiones para tocar unas tres cancioncitas y luego pasaba entre los lugares para que me dieran mis moneditas, y la verdad si sacaba pues bastantito lana, pero pues nada mas era para pagar una pequeña deuda de unos cuantos miles de pesos, que por andar gastando de mas quede debiendo, a final de cuentas me dijeron que ese dinero iba a ser para mi, y me lo fui a gastar a Veracruz, ven, por eso les digo que el alcohol es malo, y la única forma de acabar con el es tomárselo. Ah si, por que la deuda fue de una borrachera de casi un día completo. Empezó por ahí de las diez de la mañana de un sábado y término a las siete de la mañana del domingo, no me acuerdo como, bueno si me acuerdo pero no lo voy a decir, terminé ahí por Gaterías, en donde se ponen las chicas ecologistas –si, las que cuidan los arbolitos en las noches- y pues me acuerdo que llegue a la casa por ahí de la siete treinta, me dormí media hora, y párate y vete al coro. No lo vuelvo a hacer. ¿Y que gané? Nada, echarle mas fruta a mi piñata, y tener más deudas de las que ya tenía.
A ver, espérenme cinco minutos, voy al refri que ya me dio hambre…
...Perdón por la tardanza, es que pasé al pipisrum, entonces retomando, las deudas son bien canijas, todavía no termino de pagar un pantalón, que ni me gustó, que me compré recién entre al despacho, si, un Paco Rabane, ¿y quien es ese mentado señor –¿o será señora?- que se da el lujo de hacer pantalones tan caros? ¿Pus que se cree? Si sus pantalones no difieren mucho con los Pancho Rabano que venden en el tianguis, y pues sirven pa lo mismo, Esconder los chamorros faltitos de sol.
Luego los días de quincena, eres el Omnipotente, el Yo Invito, el Tu pide, te vas a comer a un restauran, no a una súper cocina, te vas en taxi, no en metro, fumas Marlboro, no Delicados, compras durex, no simi-condón, vas al cine, no compras el estreno y lo ves en el dvd de tu casa, te vas a cenar, y no compras tortillinas, jamón y queso y te haces quesadillas, apuestas con tus amigos con dinero, y no con frijolitos, le compras juguetes a tus hijos (si los tienes) y no solamente los llevas al parque a que vean los juguetes de los demás niños, vas a bailar, y no pones el estereo a todo volumen y pones a tu chancluda a prender y apagar la luz como si fuera una disco, vas a ver a las chicas ecologistas, y no vas con tu marida, y lo mejor de todo, es que tu pagas, y dices, ahí en la próxima quincena me repongo, ¿que son dos semanas?, y cual va siendo tu sorpresa que no pasan ni dos días y ya andas otra vez haciendo fila en el Monte de Piedad con tu marida de un lado y del otro con tu hijo para ver por cual te dan mas. Y ni hablar de los prestamos, que si ya te pagué, que si no me diste hace dos quincenas, que si la tanda, que perdí el dinero, que si el interés, y como el interés lleva pies pues nunca terminas de pagar nada, y luego salen con que hasta debes la cacerola que te heredo tu tía Epifanía por los honorarios del notario público que, lógico, nunca pagaste.
Y como dice la canción, “Los almacenes y las tiendas son alarde, de multitudes que así llegan a comprar, al puro fiado por que esta la cosa que arde, al banco llegan nada mas para sacar, toda la tarde pa’l café se van los vagos, otros al pokar, al billar o al domino, ahí el desfalco va iniciando sus estragos, y la familia muy bien gracias no comió, pagan sus cuentas con un cheque de rebote, ahí te dejo el relojote luego lo vendré a sacar…”
Y hablando de canción, puchale arribita en play y escucha la cancioncita que escogí nada mas para este post, espero que les guste. Es del cronista de la ciudad don Salvador 'Chava' Flores
Y en cierta forma como solemos decir, el dinero no hace la felicidad, la compra ya hecha.
En fin… como dicen vulgarmente ¿A que le tiras cuando sueñas sin cumplir?
Saludos
TacvbaMeme
